miércoles, 12 de mayo de 2010

Preguntas Sinceras

Una de las preguntas que todos los que deseamos fluir en lo profético nos hacemos es: ¿Cómo puedo saber si soy yo, el señor o el enemigo cuando me estoy moviendo en la profecía?, y esta es una pregunta legitima.

Por nuestra naturaleza humana podemos desfigurar la palabra profética cuando va mezclada con sentimientos, emociones o frustraciones. Igualmente el enemigo puede utilizar nuestros pensamientos e impulsos y hablar en nuestro espíritu, entonces él, se mueve detrás de nuestras palabras para causar daño. Por esta misma razón, no debemos permitir que asuntos no resueltos que nos causaran amargura o una mala actitud y la simple falta de buenas relaciones, nos impidan convertirnos en el instrumento de Dios para el cuerpo de Cristo.

Ahora en cambio nos preguntamos ¿Cómo puedo dar una palabra profética pura, que no tenga mezcla de nuestros sentimientos, ni influencia pagana del enemigo? Profetizando hasta donde nuestra fe lo permita.

De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe” Ro. 12:6 (medida: metrón. Medida que no puede ser quitada ni disminuida.)

Si profetizamos en humildad y cometemos un error, el Señor nos dará la gracia para enfrentar con el asunto y arreglar las cosas. En una realidad que cometeremos errores mientras aprendemos a movernos en lo sobrenatural. Por eso la escritura es tan clara y declara.

“No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. 1Ts. 5:19-21

lunes, 10 de mayo de 2010

¿Por qué algunas iglesias no fuyen en lo pofetico?

En muchas iglesias e instituciones de entrenamiento ministerial se ha enseñado a ver a Jesús como Rey y Sacerdote pero se les ha olvidado el hecho de que el también es llamado Profeta.
“Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable” Hch.3:22
Y podemos ver las palabras proféticas de Jesús en Mt. 24:1-51 y 10:32-34
Ahora en su deseo de no caer en lo fanático, perder el orden establecido en la grey y mantener la autoridad sobre el pueblo (aun desechando la obra del Espíritu Santo), muchos ministerios han caído en el grave error, quizás por el temor de ser rechazados, de no permitir el fluir del don Profético en la congregación.
Aquí hay algunas de las causas por las cuales el don de Profecía no fluye en algunas de ellas.
1.- La Biblia reemplaza los dones espirituales.
“Teniendo ya lo perfecto (las escrituras) no necesitamos mas los dones”.
Si tomamos esto en cuenta toda oración por sanidad y milagros son innecesarios. En tal caso como la escritura misma declara: “Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis”.1Co. 14:1
Entendiendo esto veremos que la palabra nos da el entendimiento, a través de la enseñanza nos muestra la mente de Dios, mientras que la Profecía nos revela el Corazón de Dios.
Si solo nos preocupáramos por las experiencias sobrenaturales al punto de depender de ellas, estas mismas pueden guiarnos al error o al abuso.
Por otro lado si enfatizamos solo el ministerio de la palabra sin dejar libertad al espíritu de revelación que trae el campo profético, puede guiarnos a lo correcto, pero también a lo estéril, formal y sin inspiración ¡usted decide!

2.- Trabajar con el Don impide la evangelización efectiva
Es muy cierto que muchas iglesias se han convertido en “clubes” de “bendíceme” .Imponiendo las manos los lideres profetizan y oran por sanidades y milagros haciendo que el pueblo se vuelva dependiente de los dones y se olvide del propósito para el cual estamos en la tierra que es la expansión del Reino de los Cielos. Pero también se han olvidado que son los dones los que ayudan a una evangelización más efectiva.

3.- Prefieren los Frutos mas que el Don
Es verdad que los dones sin fruto son inútiles (Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 1Co. 13:1-2), es también cierto que el evangelio no pude ser predicado de forma efectiva sin poder (Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree Ro.1:16).
La palabra debe ser confirmada y seguida de señales. La gente se sentía atraída por Jesús tanto por su personalidad, como por sus milagros.

4.- Los dones son peligrosos
¡Por supuesto que si!, pero para el enemigo. Al contrario de muchos lideres que piensan que el don de Profecía es un enemigo contra su ministerio, el es elocuente, estimulante y provocador y esta designado para poner un limite definido a nuestra relación hacia Dios, en términos de cómo vivir nuestra vida y manejar la verdad.

sábado, 8 de mayo de 2010

EL MINISTERIO PROFETICO

Introducción

En nuestros días hemos visto un despertar en el pueblo de Dios con respecto a ciertos dones y ministerios y una sed de conocimiento por conocer más de ellos. Como trata el tema de este folleto, el ministerio profético es: o el más conocido pero mal interpretado, o el menos conocido y mas criticado.
La meta de este estudio es dar a conocer los fundamentos sobre el ministerio u oficio del profeta para que aquellos que sienten en su espíritu el llamado a este campo puedan ser edificados y de una manera sencilla ser capacitados para su desempeño en la iglesia de Cristo; y para aquellos que desean ampliar su conocimiento con respecto a este tema podamos son este folleto agregar un ladrillo a su edificio espiritual.
La mayoría de los creyentes nos hacemos varias preguntas acerca de los profetas y a continuación daremos respuesta a algunas de ellas, y esto a la verdad lo haremos con toda la humildad requerida pues estamos consientes que la ultima palabra la tiene nuestro Señor.
Así que les doy la bienvenida es esta aventura que tendremos al estudiar a los profetas; sus cualidades, características, funciones, propósitos y por supuesto cuales son los primeros pasos para movernos en lo profético.

Luis Arturo Alarcón
Profeta.



¿Qué es un profeta?
El profeta es un hombre o una mujer que habla en el nombre de su dios(sea de la religión que sea) ej. Los 400 profetas de Baal.
“Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho”. 1R. 18:26
A este tipo de profetas la biblia los llama profetas falsos. En el antiguo testamento también se les llamaba “vidente”, y eran personas revestidas por Dios con autoridad para comunicar su voluntad a los hombres e instruirlos.
Es un hombre con un mensaje oportuno procedente del corazón y mente de Dios, predice eventos, habla a los dirigentes y autoridades diciéndoles lo que deparará el futuro si se apartan de la perfecta voluntad de Dios.

¿Qué significa profeta?
Para los hombres del Antiguo testamento lo conocían como “nabi”, que ha sido traducido por profeta, y que significa “aquel que anuncia”. Para los griegos el profeta es: 1) el que habla en lugar de otro, intérprete, heraldo. 2) aquel que declara los acontecimientos futuros.

La palabra griega es “prophetes” compuesta por dos voces griegas: “pro”, que significa “antes” o “al frente de”; y “phemi”, que significa: “mostrar o dar a conocer los pensamientos de uno”. Al juntar las dos palabras el significado que obtenemos es: “uno que puede contar (o predecir) los pensamientos (mente) de Dios, o en ocasiones lo que otros piensan”.



¿Hay profetas hoy?
Por supuesto, todos aquellos hombres y mujeres que han aceptado a Jesús como su salvador y señor han recibido el Espíritu Santo como una garantía de su salvación y por lo tanto el Espíritu Profético mora en ellos.
Hay tres cosas que deseo dejar en claro del Campo Profético.
1. El Espíritu Profético.
Dios desea levantar un pueblo profético.

“Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.”
Num. 11:29.

Por ellos nos da el Espíritu Santo que es un Espíritu Profético.

Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán”. Hch. 2:17-18

2. El Don Profético.
Al recibir el Espíritu Profético el trae consigo el Don de Profecía.

“A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.” 1Co. 12:10

Bajo el Espíritu Profético un creyente puede hablar con la fuerza de este Don. El mensaje de el será mas fuerte que hablar por el Espíritu pues la persona esta hablando desde un Don. Quienes profetizan desde este nivel hablaran a los hombres para edificación, exhortación y consolación

“Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.” 1Co. 14: 3

“Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.”. Hch. 21:8-9

3. El Oficio del Profeta.
“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas…” 1Co. 12:28

El nivel más alto del campo profético es el Oficio de Profeta. Ellos tendrán un mensaje más poderoso pues hablan tanto por el Espíritu de Profecía como por el Don de Profecía y la fuerza del Oficio Profético.

Tienen la gracia de Dios y autoridad para ir más allá del nivel de la consolación, revelación y exhortación. Principalmente la congregación y el liderazgo los reconoce como profetas.

“Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.” Hch. 15:32

“A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” Hch. 15:21:10-11

Mas adelante trataremos estos puntos detenidamente.

¿Los profetas del Antiguo pacto y los del nuevo pacto?
Hay que entender algo real con respecto a las dispensaciones o las economías de Dios. El trato de Dios con los hombres ha y va cambiando de tal manera que su gracia se hace evidente en cada tiempo.
Cuando observamos el trato de Dios con los hombres del Antiguo Testamento nos damos cuenta que el Espíritu obra de manera temporal en ellos, capacitándolos para la tarea especifica pero no permanece en ellos. En cambio en el Nuevo Testamento vamos el cumplimiento de Joel. 2:28. En donde nos dice que el Espíritu seria derramado sobre toda carne, no solo sobre Israel sino para el mundo.
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.”
Así morara en el corazón del hombre.

Los profetas del Nuevo Testamento no le dicen a la gente lo que tienen que hacer, ellos confirman lo que Dios esta diciendo. Ir a un profeta por dirección y guía es violar el Nuevo Pacto el cual nos da acceso directo y un acercamiento a Dios a través de Jesucristo por el Espíritu. La gente no “necesita” una profecía, ellos necesitan al Señor Jesús.
En el Antiguo Testamento, los profetas eran muy francos en reprender, advertir y castigar a la gente, y muy a menudo eran usados para denunciar a la gente y a su pecado. En la iglesia los profetas ministran la palabra para exhortación, enseñanza, ejemplo y confirmación. El evangelio es redentor y estamos sirviendo a un Dios de gracia y misericordia, por lo tanto nuestras palabras proféticas están moderadas por el mensaje del Reino.

Los profetas del Antiguo Pato eran temidos, eran excéntricos, intimidadores, individuos autoritarios que daban a menudo mensajes de gran augurio con un presentimiento o un sentido de inminente muerte, el cual parecía colgar de ellos.
Ellos eran extrañamente independientes, nada fáciles de recibir y a veces profundamente impopulares.
El profeta cristiano en contraste debe estar mostrando el fruto del Espíritu con toda gracia y humildad. Ellos deben ser miembros responsables del Cuerpo de Cristo y vivir bajo autoridad mientras actúan en equipo no como un ministerio individual.
En el Antiguo Testamento los profetas eran principalmente un ministerio bendecido el cual a través de los siglos representaba el corazón de Dios para los hombres.
En el Nuevo Testamento el profeta era un ministro de edificación trabajando con el apóstol para colocar los fundamentos y establecer la iglesia como la casa del Señor.


“Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”. Ef. 2:20-22


Por esta razón el ministerio profético esta sujeto al apostólico y viene a estar bajo su autoridad.
“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Hacen todos milagros?” 1Co. 12:28,29
El último profeta del Antiguo testamento, fue Juan el Bautista, puso su vida y ministerio a los pies de Jesús quien es el primero en la línea de los profetas del Nuevo Testamento.
Es una realidad que muchas personas de manera errónea están demostrando el comportamiento de los profetas del Antiguo Testamento en la iglesia de Cristo. Por esta razón son las interminables historias de horror, malas profecías, palabras de muerte y no de vida, divisiones por una palabra o una visión llena de sentimientos y no del Espíritu del Señor.
Y así un sinnúmero de casos que nos llenan de preocupación, pues vemos a hombres que tienen el don pero que están todavía inmaduros, están llenos de frustración, amargura, rechazo y falta de humildad.
Sabemos que lleva tiempo, esfuerzo y entrenamiento especializado para sacar estas cosas y desarrollar la forma de un profeta cristiano de la iglesia del Nuevo Testamento. Pero debemos recordar que quienes hemos sido llamados al Campo profético, no podemos sentirnos solos ni mucho menos con un pensamiento de caverna, pues este llamado, es un don para el Cuerpo de Cristo y es un privilegio grande dado por el Señor.

¿Cómo los reconozco?
En los Bancos y en las entidades publicas hay una frase que la podemos adoptar muy bien a este caso: “Para reconocer un billete falso, hay que conocer bien el original”. De la misma manera sucede con el ministerio del profeta, actualmente mas de uno se auto proclama “Profeta”, por eso vamos a ver cuales son sus características.
Características y funciones de un profeta verdadero.
A. Las señales le siguen
“Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera” Ex. 4:8

“Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto. Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová. Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿Os es poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios? Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” Is. 7:11-14

No podemos bazar este punto solo sobre las señales pues pueden ser de origen satánico, diabólico y engañoso.

“Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos;… Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó.” Ex. 7:11,22

“Inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos” 2Ts. 2:9

B. El cumplimiento de las predicciones
“Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él” .Dt. 18:21-22

O sea que todo lo que diga un hombre que se llama profeta debe tener un cumplimiento en cualquier tiempo.

C. El mensaje espiritual.
“Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis. Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto aconsejó rebelión contra Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el cual Jehová tu Dios te mandó que anduvieses; y así quitarás el mal de en medio de ti”. Dt. 13:1-5

“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.” Is.8:20

Si el mensaje de un pretendido profeta se desvía de la Biblia, tal profeta no lo es. La enseñanza del pretendido profeta tiene que ser acorde con la ley del Reino Dios.



Cuando alguien conozca y medite más en la palabra del Señor le será más fácil profetizar.

D. Trabajan con los Apóstoles
“Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán,” Lc. 11:49

“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas…” 1Co. 12:28.

“Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” Ef. 2:20

Estos versículos parecen decir que los profetas y los apóstoles trabajan muy de cerca el uno con el otro.

El ministerio profético es mantenido en equilibrio por medio de trabar con un apóstol.

E. Predicen eventos y advierten los peligros
“Levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio”. Hch. 11:28

“Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles”. Hch. 21:10,11

A través del Espíritu Santo les es revelado los planes de Dios. Profetas como Agabo predijeron eventos antes que sucedieran y también dio profecías ilustradas para advertir de los peligros que vendrían

F. Confirman lo que Dios ha hablado.
Pablo dijo que no deberíamos menospreciar las profecías.

“No menospreciéis las profecías.”1 Ts. 5:20

Con todo el se rehusó ser gobernado y dirigido por los profetas y profecías.

“Salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.” Hch 20:23

“Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén… Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo,quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, más aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús. Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor” Hch. 21:4; 11-14

El principal ministerio de los profetas del Nuevo Testamento era confirmar algo que Dios ya habías hablado al individuo creyente.

“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.” Hch. 13:1-3

El Señor ya los había llamado, los Profetas solamente confirman este llamado.

G. Sus palabras deben ser examinadas.
Por lo tanto las palabras de los profetas deben ser examinadas cuidadosamente pues pueden estar equivocadas. .

“Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él” Dt. 18:22

“Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié, ha dicho Jehová” Jer. 28:9

“Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen”.
1Co. 14:29

“No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno”. 1Ts. 5:19-21

Si las palabras habladas por un profeta no están de acuerdo con la Biblia, como ya lo hemos dicho antes, deben ser rechazadas.

“Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis. Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto, por cuanto aconsejó rebelión contra Jehová vuestro Dios que te sacó de tierra de Egipto y te rescató de casa de servidumbre, y trató de apartarte del camino por el cual Jehová tu Dios te mandó que anduvieses; y así quitarás el mal de en medio de ti.” Dt. 13:1-5

El Propósito del ministerio profético.
Irónicamente el ministerio del profeta no esta centrada solamente en profetizar, más bien tiene varias funciones que veremos ahora.
A. Primeramente
Es entrenar a las personas a oír al Señor por ellos mismos

B. Segundo
Es enseñarlos cómo buscar y vivir dentro de la voluntad de Dios para ellos.

C. Tercero
Es instruir y entrenar a las personas en el don de profecía y ayudar a las iglesias a establecer el correcto marco y protocolo para el don

D. Cuarto.
Es traer la palabra del Señor en una predicación inspirada o por una palabra profética sobrenatural.


¿Puedo llamarme a mi mismo profeta?
Esta es una de la preguntas esenciales que podemos hacer con respecto al tema de los Profetas ya que en la actualidad mas de uno se ha auto proclamado “PROFETA de JEHOVA”. Y por ende hay que dejar claro cual es la posición de la Iglesia del Reino y de la palabra del Señor.



!Dios es quien hace el llamado!
Y esto lo debemos tener bien claro.



En el libro de Amos 7:15. Dios le hace el llamado al profeta en tiempo de confrontación para dar un mensaje directo a Israel por sus pecados contra Yawe.
“Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel.”



En Éxodo 3:1 al 4:17 Dios le hace el llamado a Moisés desde una zarza ardiendo para librar a su pueblo de la esclavitud
“Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí…Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte”



En 1Sam 3:1-15 Dios le hablo al niño Samuel para prepararlo al oficio profético.
“El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia. Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver, Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí… Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.”



Eliseo sabia de donde venia la unción doble que poseía y no ignoraba desde cuando había recibido su llamado.
“Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré”. 1R. 19:19-20



Ezequiel recibió mensajes de parte de Dios muchos años después de haber sido llamado por Dios. Ez. 33:1-22

Jeremías se resistió a su llamado desde el inicio de su ministerio.
“Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra de Benjamín. Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado. Le vino también en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, hasta la cautividad de Jerusalén en el mes quinto. Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar”. Jer. 1:4-10