miércoles, 12 de mayo de 2010

Preguntas Sinceras

Una de las preguntas que todos los que deseamos fluir en lo profético nos hacemos es: ¿Cómo puedo saber si soy yo, el señor o el enemigo cuando me estoy moviendo en la profecía?, y esta es una pregunta legitima.

Por nuestra naturaleza humana podemos desfigurar la palabra profética cuando va mezclada con sentimientos, emociones o frustraciones. Igualmente el enemigo puede utilizar nuestros pensamientos e impulsos y hablar en nuestro espíritu, entonces él, se mueve detrás de nuestras palabras para causar daño. Por esta misma razón, no debemos permitir que asuntos no resueltos que nos causaran amargura o una mala actitud y la simple falta de buenas relaciones, nos impidan convertirnos en el instrumento de Dios para el cuerpo de Cristo.

Ahora en cambio nos preguntamos ¿Cómo puedo dar una palabra profética pura, que no tenga mezcla de nuestros sentimientos, ni influencia pagana del enemigo? Profetizando hasta donde nuestra fe lo permita.

De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe” Ro. 12:6 (medida: metrón. Medida que no puede ser quitada ni disminuida.)

Si profetizamos en humildad y cometemos un error, el Señor nos dará la gracia para enfrentar con el asunto y arreglar las cosas. En una realidad que cometeremos errores mientras aprendemos a movernos en lo sobrenatural. Por eso la escritura es tan clara y declara.

“No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. 1Ts. 5:19-21

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